Qué aprendí de mi conversación con María Contreras Chicote
El 29 de febrero publicamos el segundo episodio de “El Emboscado”, la entrevista a María Contreras Chicote. María es psicóloga, profesora en la Facultad de Psicología de la Universidad de Navarra e investigadora sobre la adicción a la pornografía. La entrevista está disponible en Spotify y en iVoox. En ella, intentamos profundizar en las causas y consecuencias de la adicción a la pornografía, buscamos algunas soluciones, y hablamos del efecto que tiene en nuestras relaciones humanas. Estos son algunos de los principales aprendizajes que pude sacar de nuestra conversación.
Cuando nuestro corazón en una fábrica
Estamos ante un proceso de industrialización de nuestras relaciones afectivas. Hemos dejado de ver a las personas como un fin en sí mismas, y hemos pasado a verlas como un medio para alcanzar una experiencia. En esta competición, el porno juega con ventaja. No tiene los inconvenientes de una persona real. No tenemos que soportar sus imperfecciones, sus defectos, sus manías. Tan solo estás tú, la pantalla, y el chute de dopamina.
La pornografía responde a nuestro modo usual de consumo en 2024: vídeos de Tik Tok de 30 segundos, inconexos entre sí, sin ningún tipo de continuidad narrativa; tuits de 280 caracteres, desligados, cuyo mensaje olvidarás en cuanta hagas scroll; un perfil detrás de otro en Tinder, con personas completamente distintas, pero que podemos seleccionar o descartar como si fueran productos de supermercado.
El factor clave
A lo largo de nuestra conversación, volvía una y otra vez un punto esencial: a la hora de desarrollar una adicción puede ser decisiva la presencia de patologías previas. Desde luego, no todos los que las tienen la desarrollan, ni todos los que la desarrollan las tienen, pero suele haber una estrecha relación entre tener TDAH, TOC, depresión o ansiedad y el consumo compulsivo de pornografía. María afirmaba que muchos de sus pacientes presentan ese tipo de patologías, y que en el tratamiento de su adicción es fundamental detectar en primer lugar las dolencias previas que puedan estar en la raíz del problema.
Cuando la máquina te secuestra
Nada parece sencillo cuando la máquina te secuestra. Hay millones de chicos viviendo somatizados por la pornografía, el alcohol y los videojuegos, encerrados y demasiado temerosos del fracaso como para conocer a personas nuevas. El fenómeno incel (involuntary celibate) se popularizó por algo, y los datos ya muestran que las personas jóvenes están teniendo menos relaciones sexuales que nunca.
De nuevo, nada parece sencillo cuando la máquina te secuestra, pero ese es el momento de volverte hacia las personas que te aman para pedirles ayuda. María asegura que la vergüenza es uno de los factores que más influyen a la hora de impedir que las personas pidan ayuda por su adicción a la pornografía. Pero estoy seguro de que un buen padre prefiere a un hijo libre de adicciones que a uno que las esconde por vergüenza. Es esto lo que nos recuerda que esas personas que vemos en nuestro día a día son más reales que las que se nos presentan a través de la pantalla.
María también insiste en el papel de la familia a la hora de conseguir una buena educación en materia sexual. Los padres no pueden mirar a otro lado, especialmente en un momento en el que la edad media de iniciación al consumo de pornografía es de 8 años. Evitar hablarles de ese tipo de temas lo único que va a hacer es aumentar la curiosidad del niño, porque todo lo tabú es atractivo.
Cuando la máquina te secuestra te encuentras en un círculo vicioso del que no te ves capaz de salir. Plantéate que tal vez sea verdad. Tal vez tú solo no puedas. Tal vez las personas no estamos hechas para ser completamente independientes. Tal vez lo único que pueda detenerlo sea una voz de ayuda, una mano amiga, o un padre y una madre dispuestos a perdonarlo todo.